La Guerra del Pacífico: Los Héroes Olvidados, Los que Nunca Volverán 

 

 

 

 

 

Un hombre solo muere cuando se le olvida

*Biblioteca Virtual       *La Guerra en Fotos          *Museos       *Reliquias            *CONTACTO                              Por Mauricio Pelayo González

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PARTES OFICIALES SOBRE LA BATALLA DE HUAMACHUCO

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Cuando a tu paso tropieces con una lápida, aparta la vista para que no leas: AQUÍ YACE UN VETERANO DEL 79. Murió de hambre por la ingratitud de sus compatriotas.

Juan 2º Meyerholz, Veterano del 79

 

 

     Condecoraciones

 

 

 

 

 

ESTADO MAYOR DE LA DIVISIÓN DEL NORTE

Huamachuco, 11 de Julio de 1883

Señor Coronel Comandante en Jefe:

Paso a dar cuenta a V. S. de la batalla librada ayer con las fuerzas enemigas unidas del General Cáceres, Recabarren, Elías y otros caudillos.

El día 8 del corriente, después de haber andado con V. S. y otros jefes haciendo reconocimientos por las colinas que rodean a esta ciudad, se percibieron algunos espías del ene­migo en las alturas Sur del pueblo, e inmediatamente dispu­so V. S. que la división tomara las posiciones del Norte o sea del cerro Sazón. El enemigo, comprendiendo nuestro movimiento, adelantó una pieza de artillería y dio principio a cañonear a nuestros cuerpos que tomaban las alturas ya dichas.

Colocados en nuestra posición, se mantuvo un cañoneo por ambas partes por espacio de tres horas, hasta que lle­gada la noche fueron suspendidos los fuegos para princi­piarlos a las 6 de la mañana del siguiente día, cuyo caño­neo se sostuvo todo el día acompañado de tiros de rifles, que por momentos se hacía vivísimo.

Así pasó todo el 9, no dando el enemigo señales de que­rer atacarnos, sino moviendo sus tropas en distintas direc­ciones, pero convergiéndolas todas a su primitivo campa­mento.

Al amanecer de la mañana de ayer y para conocer el nú­mero del enemigo, de acuerdo can V. S., se mandó un reco­nocimiento de dos compañías de Zapadores al mando de su jefe accidental el valiente capitán ayudante don Ricardo Canales y de los no menos valientes capitanes Maldonado y Moreira del mismo cuerpo. Este reconocimiento hizo salir al enemigo de sus posiciones, mandando por distintas partes batallones a atacar y cortar a nuestras compañías.

Viendo esto V. S., mandó en su protección y con orden de retirarse si el enemigo mandaba mas fuerzas, una compañía del Concepción al mando del intrépido capitán ayudante don Luis Dell ‘Orto, la que luego tuvo que empeñar com­bate con el enemigo, que descubrió todas sus fuerzas.

Este movimiento hizo comprender que la batalla se em­peñaba y era decisiva y entonces se principió a mandar en protección de las primeras, compañía, por compañía, del Talca, y del Concepción, mandadas por sus expertos y bra­vos capitanes, mientras que la artillería hacía continuos y certeros disparos y cambiaba a otro punto algunas de sus piezas.

El enemigo, con un arrojo a toda prueba, trataba de apo­derarse del morro Conchugo, donde hubo que concentrar casi todas nuestras fuerzas para proteger la artillería y caballería que teníamos allí, habiendo ésta dado ya una pe­queña carga en circunstancias que un cañón enemigo era desmontado por un tiro de los nuestros.

Como las municiones ya nos iban escaseando y el comba­te duraba cuatro horas justas, ordenó V. S. atacar a la bayo­neta y que la caballería diera también su carga al mando del bizarro sargento mayor don Sofanor Parra; este movi­miento, llevado con suma rapidez, declaró la derrota del enemigo por distintos puntos, siendo perseguido por nues­tras fuerzas sin descanso alguno hasta las 3 P. M.

Como V. S. lo sabe bien, los fuegos se rompieron a las 8 A. M. y a las 12.30 éramos dueños del campo, de casi toda la artillería enemiga, gran número de armamento, todo el parque, dos estandartes y algunas banderolas, cuyos deta­lles los encontrará V. S. en la relación adjunta.

Esta batalla, que ha dado nuevas glorias a nuestra pa­tria, ha sido coronada del más completo éxito por las acer­tadas y bien combinadas disposiciones de V. S. que, secundadas con la bravura de nuestras tropas, dieron en tierra con un ejército de 3.800 hombres bien armados y resueltos.

El comportamiento de los señores jefes y oficiales de la división durante la batalla no puede haber sido más satis­factorio, pues con su serenidad y valor alentaban a su tro­pa y marchaban a la cabeza al encuentro del enemigo, por lo que me permito recomendarlos a la consideración de V. S.

También me hago un deber de recomendar a V. S. los im­portantes servicios prestados en el mismo campo de bata­lla por los cirujanos primeros don Clodomiro González y don Carlos Vargas Clark, y del segundo don Manuel Ren­coret y demás personal de la Ambulancia que nos acompaña.

El Parque ha sido servido con todo el celo y puntualidad que las necesidades del combate exigían, siendo sus jefes el teniente del batallen Victoria don J. Abel García, y telegra­fista don Wenceslao Rivera Jirón.

Nuestras bajas, según los partes de los señores jefes de cuerpo y que acompaño a V. S., ascienden a 160 entre muer­tos, heridos y contusos, siendo de los primeros 56, 83 de los segundos y 25 de los últimos, contándose entre los heridos 4 oficiales y 2 contusos.

El enemigo dejó en el campo de batalla más de 500 muertos entre jefes, oficiales y tropa, y por los reconocimien­tos que se han hecho hasta hoy, hasta dos leguas del campo, se puede asegurar que los muertos pasan de 800, y por da­tos positivos, el General Cáceres fugó herido.

Antes de concluir y felicitar a V. S. por el éxito obtenido, réstame solo darle mis más profundos agradecimientos por el puesto altamente honorífico que se sirvió confiarme al empezar esta campaña, y recomendarle por su bizarro com­portamiento a mis ayudantes, capitán de ejército don Santiago, Herrera Gandarillas, teniente de Zapadores don Mar­tín Urbina y al sub-inspector de telégrafos don Demetrio Tobar, que hacía de ayudante durante el combate, y que con todo arrojo comunicaba las órdenes que el que suscribe impartía a los cuerpos.

J. F. MERINO.

Al señor Comandante en Jefe de la División del Norte

***

 

REGIMIENTO CAZADORES A CABALLO

Huamachuco, julio 11 de 1883

Como di cuenta a V. S. en mi nota número 128 del 28 del mes próximo pasado, al día siguiente me puse en marcha con la fuerza de Cazadores que vino de Chiclayo y Pacasmayo, llegando a esta ciudad el 7 del presente, en donde nos reunimos con la división del señor coronel don Alejandro Gorostiaga y los 120 Cazadores que, al mando del sargento mayor don Sofanor Parra, había en ella.

Como a las 3 P.M. del día 8 se dio el aviso de estar el enemigo a la vista, y de orden superior marchamos a colocarnos a retaguardia de la línea de batalla que formo nuestra infantería y artillería en el cerro llamado Sazón, situado como a dos millas al norte de esta población.

Media hora después el enemigo rompió sus fuegos de artillería sobre nuestra línea y tropa que avanzaba a tomar las indicadas posiciones, los que fueron contestados a su vez, suspendiéndose por ambas partes a las oraciones de ese día.

El 9, poco después de diana, empezó nuevamente el cañoneo de nuestra artillería sobre la línea enemiga, siendo contestado por esta, sin que nada mas particular hubiese en dicho día.

Como a las 7:30 A.M. del día 10, mando el señor coronel, jefe de la división, a reconocer la derecha del enemigo dos compañías guerrilleras del batallón Zapadores.

Con este motivo y por instrucciones que recibí de dicho jefe, dispuse que el capitán don Abel P. Ilabaca, con su compañía marchase en protección de las citadas guerrillas, las que se replegaron a nuestra línea después que se les concluyeron las municiones.

Viendo esto el enemigo, avanzo decididamente sobre nuestra línea, haciendo, al parecer, un movimiento para flanquearnos. En tal momento ordene que el capitán don Juan de Dios Quezada cargase con su compañía, no haciéndolo con toda la fuerza de mi mando por no permitirlo la topografía del terreno.

Esta carga dio como resultado la dEténción del enemigo en su avance.

Dos horas después, cuando ya hacía tiempo se había comprometido el combate por toda la fuerza de la división y el enemigo volvía a tomar su primera línea de defensa, según instrucciones que recibí, ordene que el sargento mayor don Sofanor Parra cargase con un escuadrón  hacia donde se encontraba la artillería enemiga.

Ejecutada dicha carga destruyo aquella fuerza y le quito siete piezas que ahí tenia con todas sus municiones.

Al mismo tiempo dispuse que el teniente don Benjamín Allende, con los 25 hombres de su mitad, cargase a la derecha de la misma línea.

El fuerte empuje con que nuestra infantería llevo el ataque sobre la línea enemiga, unida a las oportunas cargas dadas por las fuerzas de mi mando, dio por resultado la derrota completa del enemigo, el que, siendo en número más del doble superior al nuestro, dejo en el campo muchas bajas, de ellas algunos jefes y oficiales de graduación.

Por mi parte he tenido que lamentar la pérdida de los soldados Laureano Acevedo y Nicolás Tapia, que murieron en el combate, habiendo sido herido levemente el cabo 1° José L. Baeza, y de alguna gravedad los soldados Julio Arredondo, Cirio Mena y Rosauro Pontigo.

Termino, señor coronel, felicitando a VS. por el buen comportamiento de la fuerza del regimiento que tengo a mi cargo en la batalla del día de ayer, haciéndole presente que tanto el sargento mayor don Sofanor Parra como los oficiales y tropa que tengo el honor de mandar, han estado en ella a la altura del buen nombre que tiene adquirido el regimiento.

Dios guarde a VS.

                                                                           Alberto Novoa Gormaz

 Al señor coronel comandante del regimiento de Cazadores a Caballo

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ESCUADRÓN DEL REGIMIENTO DE DE CAZADORES A CABALLO

Huamachuco, Julio 11 de 1883

Señor Jefe de Estado Mayor:

Doy cuenta a V. S. de la parte que tomó la fuerza de mi cargo, en la batalla del día de ayer.

Durante la acción se, dieron dos cargas: la primera por la 1ª compañía del primer escuadrón, al mando de su capitán, don Juan de Dios Quezada, cuando el enemigo avanzando sobre nuestra línea, trató, al parecer, de flanquear las guerrillas, dando por resultado su dEténción; y la otra por toda la fuerza, siendo mandado un escuadrón por el sargento mayor, don Sofanor Parra, el que, cargando la línea enemiga donde estaba su artillería, destruyó esta fuerza quitándole siete piezas con sus respectivas municiones, y el teniente don Benjamín Allendes, que al mando de una mitad, cargó a la derecha de dicha línea, contribuyendo con este ataque a la derrota completa del enemigo.

En la acción he tenido que lamentar la muerte de dos soldados, un cabo y tres soldados heridos, cuyos nombres constan de las relaciones que le adjunto.

Al terminar este parte, me hago un deber en hacerle presente, que el sargento mayor don Sofanor Parra, capitán ayudante de ejército agregado a esta fuerza, don Amador Larenas y todos los señores oficiales e individuos de tropa del regimiento que estaba a mis órdenes, han llenado cumplidamente sus deberes.

ALBERTO NOVOA GORMAZ

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BATALLÓN TALCA

Huamachuco, julio 11 de 1883.

Tengo el honor de dar cuenta a V.S. de las operaciones llevadas a cabo por el batallón de mi mando en la batalla que tuvo lugar el día 10 del presente mes.

El día indicado a las 6.30 A.M. ordenó el señor comandante en jefe de la división que las dos compañías del batallón Zapadores hiciesen un reconocimiento sobre la derecha enemiga y al mismo tiempo me ordenó tener listo el batallón de mi mando para auxiliar a dichas fuerzas.

A las 8 después de haber trabado combate Zapadores y parte del Concepción, que se mandó en su auxilio, recibí orden de V.S. de despachar dos compañías en protección de aquellas fuerzas, que el enemigo había atacado y tratado de flanquear. En el acto las despaché a las órdenes del capitán ayudante, don Carlos Rojas Arancibia, y al propio tiempo de orden de V.S. trasladé dos compañías más de la derecha nuestra al centro para tenerlas listas a entrar en combate. Estas compañías y otra más que se hizo venir de la derecha entraron en batalla a las 9 A.M. por el centro de nuestra línea, casi al mismo tiempo que se ordenaba una carga general de caballería por el ala izquierda enemiga.

A las 11 A.M. se ordenó una nueva carga de caballería y de bayoneta, que decidió la batalla con la completa derrota del enemigo.

La compañía que quedó protegiendo la derecha, al mando del capitán ayudante don Julio Zacarías Meza, fue atacada por el batallón Pisagua, que quedó en la ciudad, tan pronto como notó que quedaban en esa ala pocas fuerzas; pero fue rechazado con pérdidas considerables, entre ellas las del jefe del expresado, comandante Salazar, que quedó en el campo.

Adjunto a V.S. una relación nominal de los individuos de tropa muertos y heridos en la acción, cuyo monto asciende a 15 de los primeros y 23 de los segundos.

Sólo me resta agregar que tanto los jefes y oficiales como los individuos de tropa de mi mando, han cumplido con su deber.

Dios guarde a V.S.

ALEJANDRO CRUZ

Al señor Jefe de Estado Mayor de la División.

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BATALLÓN CONCEPCIÓN

Huamachuco, julio 11 de 1883

Tengo el honor de poner en conocimiento de V.S. la parte que cupo al cuerpo que comando en la batalla librada el 10 del presente contra las fuerzas peruanas del general Cáceres.

Situado nuestro ejército en el cerro de Sazón, el batallón se encontraba colocado en la falda sur del mencionado cerro, y conforme a las instrucciones de V.S., a las 8 A.M. del día indicado, ordené salir a la primera compañía, bajo las órdenes del capitán ayudante don Luis Dell'Orto, hacia la vega de Purrubamba y en dirección del ejército enemigo. Sucesivamente salieron la 2ª y 3ª compañías y 4ª y 5ª con el que suscribe y demás jefes del cuerpo.

Considero inútil entrar en más detalles, en atención a que todos ellos han estado a la vista de V.S., restándome únicamente exponer a V.S. que tanto los señores jefes y oficiales como los individuos de tropa han cumplido su deber.

Las bajas ocurridas se detallan en la nómina adjunta.

Dios guarde a V. S.

HERMINIO GONZÁLEZ

Al señor Jefe de Estado Mayor de la División del Norte.

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PARQUE GENERAL

Huamachuco, Julio 11 de 1883

Conforme a las instrucciones de V. S., y habiéndose inicia­do seriamente el combate en la mañana de ayer, procedí a enviar continuamente municiones a las diversas com­pañías que sostenían el fuego. Hasta el final de la batalla he remitido 124.500 tiros Comblain y Grass.

Como V. S. sabe, el parque, durante el combate y hasta ahora, es servido por las fuerzas que existen del batallón Vic­toria, y han tenido las bajas que van en la lista adjunta.

El ayudante nombrado por el señor jefe de la división para el parque, señor W. Rivera Jirón, ha desempeñado su comisión perfectamente, y quizás hayan sido muy oportuno los auxilios de municiones que prestó a nuestras fuerzas.

La tropa, a mi juicio, ha servido bien.

Dios guarde a V. S.

ABEL GARCÍA

Al señor Jefe de Estado Mayor de la División

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