La Guerra del Pacífico: Los Héroes Olvidados, Los que Nunca Volverán 

 

 

 

 

Un hombre solo muere cuando se le olvida

*Biblioteca Virtual       *La Guerra en Fotos          *Museos       *Reliquias            *CONTACTO                              Por Mauricio Pelayo González

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Cuando a tu paso tropieces con una lápida, aparta la vista para que no leas: AQUÍ YACE UN VETERANO DEL 79. Murió de hambre por la ingratitud de sus compatriotas.

Juan 2º Meyerholz, Veterano del 79

 

 

     Condecoraciones

 

 

 

 

Arenga del General en Jefe del Ejército chileno, don Manuel Baquedano González en la Batalla de Chorrillos

 

 

A los señores Jefes, oficiales, clases y soldados del Ejército.

Vuestras largas fatigas tocan ya a su fin. En cerca de dos años de guerra cruda, más contra el desierto que contra los hombres, habéis sabido resignaros a esperar tranquilamente la hora de los combates, sometidos a la rigurosa disciplina de los campamentos y a todas sus privaciones.

En los ejercicios diarios y en las penosas marchas a través de las arenas quemadas por el sol, donde os torturaba la sed, os habéis endurecido para la lucha y aprendido a vencer.

Por eso habéis podido recorrer con el arma al brazo todo el territorio de esta República que ni siquiera procuraba embarazar vuestro camino. Y cuando habéis encontrado Ejércitos preparados para la resistencia detrás de fosos y de trincheras, albergados en alturas inaccesibles, protegidos por minas traidoras, habéis marchado firmes, imperturbables y resueltos, con pasos de vencedores.

Ahora el Perú se encuentra reducido a su capital, donde está dando desde hace meses el triste espectáculo de la agonía de un pueblo. Y como se ha negado a aceptar en hora oportuna su condición de vencido, venimos a buscarlo en sus últimos atrincheramientos para darle en la cabeza el golpe de gracia y matar allí, humillándolo para siempre, el germen de aquella orgullosa envidia, que ha sido la única pasión de los eternos vencidos por el valor y generosidad de Chile.

Pues bien, que se haga lo que ha querido; si no lo han aleccionado bastante sus derrotas en mar y en tierra, donde quiera que sus soldados y marinos se han encontrado con los nuestros, que se resigne a su suerte y sufra el último y supremo castigo.

¡Vencedores de Pisagua, de San Francisco y de Tarapacá; de Ángeles, de Tacna y Arica, adelante!

El enemigo que aguarda es el mismo que los hijos de Chile aprendieron a vencer en 1839 y que vosotros, los herederos de sus grandes tradiciones, habéis vencido también en tantas gloriosas jornadas.

¡Adelante! A cumplir la sagrada misión que nos ha impuesto la Patria. Allí, detrás de esas trincheras, débil obstáculo para vuestros brazos armados de bayonetas, os esperan, el triunfo y el descanso; y allá en el suelo querido de Chile, os aguardan vuestros hogares, donde viviréis perpetuamente protegidos por vuestra gloria y por el amor y el respeto de vuestros conciudadanos.

Mañana, al aclarar el alba, caeréis sobre e enemigo y al plantar sobre sus trincheras el hermoso tricolor chileno, hallaréis a vuestro lado a vuestro General en Jefe, que os acompañará a enviar a la Patria ausente el saludo del triunfo, diciendo con vosotros. ¡Viva Chile!.

 

Manuel Baquedano.

 

 

 

 

Los Mutilados

 

 

Monumentos


 

 

 

 

 

 

 

Viña Corral Victoria ;  Una Viña Patriota

 

 

 

 

 

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