La Guerra del Pacífico: Los Héroes Olvidados, Los que Nunca Volverán 

 

 

 

 

Un hombre solo muere cuando se le olvida

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Juan 2º Meyerholz, Veterano del 79

 

 

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Combate de Dolores o San Francisco

 

Las tropas chilenas comenzaron a tomar posiciones en los cerros de Dolores a la espera de las tropas aliadas que venían desde Iquique, los cuales debían encontrarse con fuerzas venidas desde Arica al mando del General boliviano Hilarión Daza junto al cual acorralarían a los chilenos.

En los cerros Dolores y Tres Clavos estaba en espera del enemigo los soldados chilenos, con artillería en las cumbres y las tropas distribuidas por las laderas.

Entre los regimientos chilenos, se encontraban el Coquimbo, 4º de Línea, Atacama, los jinetes del Cazadores y Granaderos, todos al mando del coronel Emilio Sotomayor.

Las tropas aliadas ya estaban en camino.

La noche del 18 de noviembre, se reunía el general Buendía con sus oficiales para planear el avance hacia Dolores. La idea inicial era dividir las tropas en tres secciones para el combate.

      La primera sección, al mando del general Bustamante, estaba integrada por su división, la división Dávila y Villegas.

      La segunda sección, al mando del coronel Manuel Suárez, integrada por la división Velarde, la Villamil y artillería.

      La tercera sección, al mando del coronel Andrés Cáceres, integrada por su división y la Bolognesi.

Al amanecer del 19, las tropas aliadas llegan a la loma de Chinquiquiray, desde donde observan a los chilenos en la cima del cerro San Francisco. El general Buendía quería atacar ese mismo día y citando a sus oficiales les propuso su plan.

El ejercito aliado alcanzaba los 7.400 hombres, compuestos por 4.200 peruanos, 3.200 bolivianos, 18 cañones contra los 6.000 chilenos y 34 piezas de artillería

Una vez realizado el despliegue del ejercito aliado con la primera sección a la derecha mandada por Buendía, la segunda por la izquierda al mando de Suárez y la de Cáceres en reserva tras las dos anteriores, se aprestaban al ataque. Pero cometieron el primer error, pues no atacaron inmediatamente, deteniéndose por orden del alto mando que se oponía a avanzar en espera de instrucciones del general Daza que debería llegar desde el norte, lo que nunca ocurrió, debido que el presidente boliviano marcho con sus tropas de vuelta a Arica. Las tropas desmoralizadas debieron esperar al próximo día para iniciar el ataque.

Pero un hecho fortuito iba a hacer que los planes cambiaran. Los soldados de Zepita que se encontraban en la aguada del Porvenir comenzaron una pelea entre ellos, en la cual se escapo un tiro de fusil. La artillería chilena, al sentirse atacados dispara sobre los aliados con su artillería, dando comienzo a la batalla.

Las dos tropas de guerrilla peruanas se lanzaron al frente escalando los cerros sobre las posiciones chilenas. Cada vez que se acercaban a la Artillería chilena, el Atacama con bravura y decisión los hacían retroceder, y cuando en cierto momento eran sobrepasados, el Coquimbo acudió en su apoyo.

La división boliviana Villamil, que marchaba por el oeste del cerro San Francisco, con la intención de rodear las posiciones enemigas, debió parar a mitad de camino, siendo atacada por fuego desde el cerro Dolores, desordenando la formación y desbandando la tropa huyendo rumbo a Oruro y abandonando a las tropas peruanas.

Mientras tanto dos compañías del Zepita y del Illimani eran obligados a retroceder por los chilenos.

Repetidas veces trataron las tropas peruanas de apoderarse de las piezas enemigas, pero siempre fueron repelidas.

Avanzada la tarde, cuando todo había concluido y el desastre para las tropas aliadas estaba consumado. El Coronel Suárez, profundamente abatido, quiso mandar a la caballería en busca de los desertores, pero reparo en que la caballería  con sus jefes también se habían retirado e incluso ni el comandante en jefe fue encontrado.

Finalizada la Batalla con otro triunfo para el Ejercito chileno, se reunieron los oficiales peruanos Bolognesi, Castañon, Dávila y Cáceres decidiendo emprender la retirada hacia Arica por Tiliviche esa misma noche, tomando el camino que los llevaría hasta Tarapacá.

 

 

 

 

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