Tenía apenas en los 17 años y cursaba su quinto año de humanidades cuando, sin oír  consejos ni atender prudentes reflexiones llegaba a solicitar un puesto de oficial en las filas del Batallón Movilizado Talca. Los jefes de este bizarro cuerpo, aplaudiendo su juvenil entusiasmo y admirando su varonil entereza, aceptaron gustosos su petición, y el 27 de Septiembre de 1880 le extendían sus despachos de Subteniente.

Nacido en Talca el año 1863, era hijo de don Daniel Armas doña Salomé Silva.

Pronto se trasladó a Valparaíso y se embarcaba con dirección al norte a fin de incorporarse cuanto antes a su cuerpo.

Formando el Talca entre los cuerpos que componían la 1° Brigada de la 1° División, al mando de Patricio Lynch, Edmundo Armas tuvo que hacer a pie la pesada y peligrosa marcha de Pisco a Lurín, encontrándose enseguida en las sangrientas batallas de Chorrillos y Miraflores, siendo uno de los más atrevidos y esforzados en escalar el empinado Morro Solar, que tanta sangre y tantas vidas costó al ejército chileno, y cuyo asalto constituye para el Batallón Talca una de sus más puras y preciadas glorias.

La ocupación de Lima no fue, como se creía, el término de la jornada. Enviado el Batallón Talca de guarnición a los puertos del norte del Perú, tuvo que sufrir allí los terribles estragos de la fiebre amarilla y emprender todavía numerosas excursiones al interior en persecución de las montoneras peruanas que marchaban por las sierras.

El 10 de Mayo de 1883, Edmundo Armas que era ya Teniente desde el 11 de Julio de 1882, acompañaba a su batallón en la división que, al mando del coronel graduado don Alejandro Gorostiaga, debía cortar la retirada a las fuerzas del Coronel Cáceres que trataban de escapar hacia el norte y a las cuales batieron y dispersaron completamente en las alturas de Huamachuco, el 10 de Julio siguiente. Esta brillante victoria puso término a la guerra y fue el golpe de gracia asestado a los porfiados guerrilleros de las sierras.

De regreso a Talca, y ascendido a Capitán el 12 de Enero de 1883, obtuvo su retiro del ejército el 31 de Julio del mismo año. Pero, como sucedió a muchos de los esforzados jóvenes que hicieron la campaña de Pacífico, Edmundo Armas, volvía con su salud profundamente quebrantada; y aniquilado por los estragos que son la consecuencia casi obligada de la malaria, dejaba de existir el 13 de Septiembre de 1888. [1]