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La Guerra del Pacífico: Los Héroes Olvidados, Los que Nunca Volverán 

 

 

 

 

Un hombre solo muere cuando se le olvida

*Biblioteca Virtual       *La Guerra en Fotos          *Museos       *Reliquias            *CONTACTO                              Por Mauricio Pelayo González

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San Martín, Juan José

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Cuando a tu paso tropieces con una lápida, aparta la vista para que no leas: AQUÍ YACE UN VETERANO DEL 79. Murió de hambre por la ingratitud de sus compatriotas.

Juan 2º Meyerholz, Veterano del 79

 

     Condecoraciones

 

 

 

 

El gran comandante del 4° de Línea perdido en el tiempo.

Nace en Coihueco en 1840.

Hijo de Gregorio San Martín y Candelaria Penrose.

Su vida militar empieza a los 14 años, como simple soldado y siempre en su querido 4° de Línea.

Se foguea como militar en el sur, en el conflicto de la Araucanía hasta que es capitán de la compañía de Cazadores de su unidad y es enviado al norte, participando y quedando contuso en la primera acción de guerra, el combate de Calama.

Un día después recibía una carta que le anunciaba algo que le haría muy feliz: “Acabo de recibir el placer más grande de mi vi­da,” exclamaba en carta íntima del 24 de Marzo de 1879. Y luego, echando mano del lenguaje burlón, pero cariñoso del cuartel, agregaba:—“La señorita Rafaela (su hijita) es la vida de mi vida y por consiguiente estoy loco de gus­to, sintiendo no poder estrecharla en mis brazos.”

Sargento Mayor tras Calama, se traslada a Antofagasta con el sueño de su hija.

Dominado el mar, parten a conquistar e territorio peruano empezando por Pisagua y siguiendo con San Francisco fueron acciones que no vio en primera línea.

Fue ascendido a teniente coro­nel el 10 de Febrero de 1880, y en seguida a jefe del regimiento, el 22 de Abril del mismo año.

Como comandante de su querido 4° de Línea estuvo en a reserva en la batalla de Tacna, lejos del lugar de más peligro, que es donde quería estar, pero su oportunidad de demostrar su valentía y la de su unidad estaba a la vuelta de la esquina en Arica.

Vicuña Mackenna nos cuenta su tiempo final en el Morro. "Dividido su regimiento en dos mitades por batallones, púsose a la cabeza del más avanzado, después de haber recomendado a sus oficiales, puestos en círculo, con la voz del amigo y del caudillo, el deber y el honor de su bandera. Y marchando durante 50 minutos al paso de trote, llegó salvo al contrafuerte del Morro, a cuyo pie  traidora bala le postró en tierra en el momento en que se consumaba la mas señalada victoria de la campaña.

San Martín había nacido sin duda pa­ra morir en el campo de batalla; pero había nacido al mismo tiempo para mostrar a sus valerosos cazadores el sendero de la victoria, señalándolo antes con el surco ro­jo de su sangre.

El comandante San Martín muere por Chile el 7 de Junio de 1880, con el convencimiento del deber cumplido y con la pena de no haber podido estrechar nunca en sus brazos a su hija.

 

 

 

 

Los Mutilados

 

 

Monumentos

 

 

Viña Corral Victoria ;  Una Viña Patriota

 

 

 

 

 

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